ATAHUALPA MARTÍNEZ ROSERO (Tulcán, 1936) PUSTULA Este es el alarido de mi Patria que os va a templar los nervios. No lloréis de vergüenza. ¡Aún quedan fusiles! Ayer, un niño se murió comiendo ratas mientras en Palacio se empachaban de buitres los políticos. Hoy, un hombre ha violado a sus dos hijas, otro ha empacado el cadáver de su amante como si fuese arroz. Esta es la Patria, en síntesis, de todos y de nadie. A veces, se hace urgente sacrificar un perro para dar de comer; Y el agua se ha ahuyentado de los ojos, nadie quiere llorar. Todo está seco y duro. En detergente están cociendo el pan. Esta es la Patria, en síntesis, de todos y de nadie. Otro hombre, con el rostro en pellejo e irritado se tuerce en su miseria. Le han hecho un basurero su esperanza, no puede sonreír. Mientras tanto, con cinismo foetean la conciencia y un miedo endemoniado se levanta traficando el dolor. Al heladero se le ha enfriado el alma, al Sindicato le han trasquilado el Código y la tierra sangrante como lirio ha perdido el verdor. Esta es la Patria, es cierto, de todos y de nadie. Todo crece en desorden: el hampa es infamia colectiva que siembra de cadáveres las calles; la nostalgia es un pueblo que camina enterrando la risa y floreciendo en llanto. Esta es la Patria, hermanos, ¡Salvémosla, por Dios! BOLETIN AL CIELO Señor, te hablo frente a frente, como hacemos los hombres, porque tú has olvidado la espera inútil de tanto hermano pobre. Traigo la voz, Señor, del padre de familia útil para sus hijos e inútil para ti, porque ya no le quieres. Traigo la voz, Señor, del maestro que vive ametrallado por las ingratitudes y de pobres mujeres que viven del pecado. Tus palabras, Señor, tu música, tu historia, son recuerdos terriblemente ausentes. Tienes que perdonarme pero todo esto pasa porque tú estás de espaldas. Señor Con el latir de una ciudad en llamas concentrada de llanto, -porque no hay fusil para matar tu miedo-; con este paraíso de infancia retorcido en andrajos; con los ojos desprovistos de amor que todavía auscultan; con este INRI de hastío y de miseria, te hablo frente a frente, Señor, para que escuches, estas quejas humanas y silentes. Ya sé que tu presencia, totalmente perdida, sirve como amenaza constante a los mortales y no encuentro resquicio de esa voz temblorosa que me hizo escuchar tus divinos milagros. Aquí en mi Patria, Señor. en esta Patria plagada de caínes, donde condecoraste mi amor con las dolencias, tú me has puesto en el alma un extraño cariño para los niños pobres. Hay soledad, hay muerte, hay despojos, hay tumbas. Señor Quiero llorar de rabia; quiero alcanzar mi sombra, huir de tu amenaza, ensangrentar mi aurora, para que el cielo oscuro vuelque toda su furia y transforme otro mundo, quizá no con poetas sino con las delicias de inertes sombras blancas. TRAJIN Con furia se abalanza el día a las ciudades a ensuciarlas de sol y de hojarasca. Mientras tanto Se ha desflecado el hambre; se han desflorado niñas curiosas por ser madres; se ha matado, se ha carcomido el llanto; han peleado en la ONU, en el Congo, en Viet Nam; se han concebido cohetes que hieran a la luna para que nadie cante su pétalo redondo. ¡Todo se ha vuelto caos! Tengo una angustia que invade mi cerebro, sin embargo ... duermo tranquilamente. A veces me despierta el recuerdo de mis cosas frustradas y me invade un cansancio que no puedo aguantarlo. Mi barba en el espejo ha crecido muy pronto; mi madre se ha agravado; mis hermanos con hambre quieren alimentarse y revivir el sueño, con bostezos de pan, cada mañana. Nací como un mal diestro en esta feria inmunda recibiendo embestidas hasta del ser que amo. Cuando noté, y esto no lo perdono, que me sentía un hombre con sed de hacerme trizas, me habían registrado, como carro de fábrica, en la tremenda lista donde anotan la marca de la vida y sus cosas. Todo era tan extraño; hasta el recurso inmenso que tenemos los hombres cuando escribimos algo lo noté diferente. Sin embargo, hay veces que me asalta el deseo de morir en las calles patrocinando huelgas. Apenas un suspiro sarcástico me invade. Yo sigo las doctrinas de no sé quién o quiénes, y no puedo pensar ... Me dicen enemigo. Quieren ensimismarme con ideas ajenas y que posea otra alma. En lugar de juntarnos ponen diez precipicios de cerebro a cerebro. Mejor cuento mis cuitas y me llevo el trajín como zorro en mi vida. |